Qué bonitos son los zapatos de tacón pero qué incómodos suelen ser, especialmente si no estamos acostumbradas. La realidad es que, por ir más cómodas y rápidas, normalmente recurrimos a zapatos más planos o que apenas tienen tacón. Pero hay situaciones y momentos en los que son necesarios este tipo de zapatos. Además de ser muy bonitos, afinan nuestra figura.
Por tanto, todas aquellas que queráis o necesitéis llevar zapatos de tacón en algún momento podéis leer algunos trucos que nos ayudarán a evitar que nos duelan los pies o conseguir que el dolor aparezca mucho más tarde. Eso sí, tened en cuenta que no es recomendable que lleven este tipo de calzado aquellas personas con dolores de espalda, u otros problemas similares.
1. Comprar unos zapatos de tu talla
Esto puede parecer una obviedad, es verdad, pero muchas veces no compramos los zapatos de nuestra talla. Es importante que siempre nos los probemos, caminemos un poco con ellos y veamos si realmente nos están bien y se adaptan a nuestro tipo de pie. En esto nos puede ayudar el dependiente de la tienda.
2. Evitar utilizar zapatos prestados
Suele ser una solución muy socorrida, pero si nos prestan los zapatos de tacón aumentan las probabilidades de que nos duelan los pies. El hecho de que tu amiga y tú tengáis el mismo número de pie no implica que los zapatos de tacón te vayan a estar bien. Nuestros pies no son iguales y es muy probable que estos hayan tomado la forma del pie de nuestra amiga.
3. Zapatos en el congelador
Un truco para domar los zapatos es llenar dos bolsas de congelados de agua. Las introducimos dentro de nuestros zapatos y los guardamos en el congelador. No llenéis las bolsas demasiado porque estas crecerán en el congelador. Esto hace que nuestros zapatos cedan y no nos aprieten. Si están 3 o 4 horas será suficiente. Justo antes de marcharte, te los pones y conforme vayan perdiendo el frío, los zapatos se irán adaptando a la forma de tu pie.
4. Plantillas
No estará de más que te hagas con unas plantillas de silicona o almohadillas para colocar en la parte de delante del zapato. Este tipo de plantillas ayudan a que nuestro pie esté más cómodo y haya menos presión en la zona del pie donde apoyamos el peso de nuestro cuerpo.
No obstante, dependiendo de cómo nos quede el zapato, puede ser que las plantillas nos opriman más el pie y nos produzcan más dolor. Así que probaros, durante un rato, los zapatos con las plantillas.
5. Sprays y apósitos en los pies
Otra opción es aplicarnos sprays o apósitos específicos en nuestros pies para evitar, especialmente, las rozaduras. Normalmente los colocaremos en la parte de delante de nuestro pie o en el talón, ya que son las zonas más propensas a sufrir rozaduras. En cualquier farmacia o parafarmacia podéis encontrar este tipo de productos.
6. Sprays en los zapatos
Existen distintos sprays y productos que puedes aplicar en tus zapatos que ayudan a que estos se puedan estirar y amoldar mejor a tu pie. La forma de utilizarlos es muy sencilla: primero aplicas el producto en la parte del zapato que queremos estirar y justo después nos los ponemos un buen rato para que empiecen a ceder y a adaptarse a nuestro pie.
7. El pie bien sujeto
Si tienes la oportunidad, y no estás acostumbrada a llevar tacones, elige unos que te sujeten bien el pie. De esta manera no tendrás que hacer tanta fuerza para mantener el pie dentro del zapato e irás mucho más cómoda.
8. Otra opción, unas cuñas
Ahora están muy de moda y las hay de muchísimos estilos, colores y formas. Seguro que puedes encontrar unas que se adapten a ti. Al tener mucha más superficie donde apoyar el pie, el dolor, si es que aparece, lo hace mucho más tarde.
9. Evita los tacones muy finos y muy altos
Si no sueles llevar tacones, evita los tacones demasiado altos y demasiado finos. Estos son para las chicas más expertas. Opta por un tacón algo más grueso y de una altura media. Y si tienen un poquito de plataforma en la parte de delante, mucho mejor.
10. Descansa el pie
Si vas a llevar los zapatos de tacón durante muchas horas, intenta buscar un momento para que tu pie descanse. Si tienes la oportunidad, incluso, puedes quitártelos un momento, estirar el pie, relajarlo y después volver a ponértelos.
11. Camina con normalidad
Si no llevamos tacones normalmente, es muy probable que no sepamos andar bien con ellos y esto nos producirá dolor. Por ello debemos utilizarlos varias veces y practicar. La forma correcta de andar con este tipo de calzado es la misma que cuando utilizamos zapato plano: primero coloca el tacón y después la parte delantera.
12. Zapatos de repuesto
Y si todo lo demás falla, no olvides llevarte siempre unos zapatos de repuesto. Existen muchísimos modelos de bailarinas o manoletinas que puedes llevar, de una forma muy discreta, en tu bolso. Al final no queremos estropear un día importante por un dolor de pies.
13. Cuando nos quitemos los zapatos de tacón
Por muchos trucos que utilicemos lo más probable es que, al final, algo de dolor hayamos tenido, o que notemos los pies cansados. Después de quitarnos los zapatos o a más tardar al día siguiente, es muy recomendable que, si nos duelen, apliquemos un poquito de frío en los pies, o una crema específica para pies y lo acompañemos de un masaje.
¿Soléis llevar zapatos de tacón? ¿Conocéis algún otro truco para evitar el dolor de pies? ¿Nos contáis alguna anécdota divertida que os haya pasado utilizando mal los zapatos de tacón?

ESCRITO POR Maite Gil
Autora del blog Creative Mindly y multiplicadora de horas. Me encanta la decoración, el diseño y las buenas ideas.